El Épila rescata un punto “sobre la bocina” en La Huerta, en un partido extraño y, salvo efímeros destellos, bastante insulso.

Épila 1 Calamocha 1

Fernando Rosel/directivo del C.F. Épila

El Épila líder de la clasificación con 41 puntos, un golaverage favorable de más 30, y una dinámica de resultados en los tres últimos partidos de derrota-victoria-victoria, estrenaba la segunda vuelta del calendario recibiendo al JamónCalamocha, 7º con 28 puntos, un golaverage favorable de más seis, y una dinámica de resultados en sus tres últimos encuentros de derrota-derrota-victoria.
Partido interesante de nuevo en el fortín de La Huerta epilense, en el que el Épila dado su estado de ánimo y nivel futbolístico actual, afrontaba el choque con la idea de no dejar pasar la oportunidad de sumar tres nuevos puntos, para demostrar ante su afición sus credenciales de líder indiscutible hasta le fecha.

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Por su parte, el JamónCalamocha acudía a La Huerta epilense con la motivación añadida que, de manera natural, se produce en todos los equipos por el hecho de enfrentarse al líder, y con la intención firme de obtener una valiosa victoria, y si ello no fuera posible, al menos, “vender lo más cara posible su derrota”.
Por si ello fuera poco, los calamochinos acudían al fortín de La Huerta, con la memoria guardada de haber sido derrotados por los epilenses, en su feudo en la primera jornada de la liga, teniendo como es natural la intención de “devolverles la visita” en forma inversa.
El partido se jugó en el césped natural de La Huerta, que presentaba un buen estado, con una temperatura húmeda pero bastante agradable, aunque en el segundo acto del partido la niebla dificultó bastante la visión y seguimiento del juego en el campo.
La asistencia de espectadores fue buena tal, como viene siendo lo habitual, dada la excelente situación en la tabla clasificatoria, en la que se encuentra el equipo en estos momentos, disfrutando de su posición de sólido líder.
El equipo arbitral, encabezado por el colegiado Sr. Palacio Julve, estuvo regular con algunos errores de bulto, aunque sin que su actuación pueda decirse que influyera en el resultado final del encuentro, siendo su mayor error el mostrarle a un defensa epilense la segunda tarjeta amarilla con la consiguiente expulsión indicando simulación de lesión, cuando ese jugador precisamente lo que tuvo fue una auténtica rotura de fibras, según consta en acta arbitral en su apartado C) “Otras incidencias”.

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Por lo que a la primera parte del partido se refiere, el partido se pasó más de veinte minutos sin que se pueda señalar nada destacable por parte de ninguno de los dos conjuntos, fuera de un trato insulso de balón sin pálpito ni pasión alguna para el espectador.
Tendría que llegar el minuto-21, para que se produjera el primer hecho reseñable negativamente del partido para el Épila, en el momento en que su jugador la Ardilla Diloy se rompiera muscularmente y tuviera que abandonar lamentablemente el terreno de juego, aprovechando estas líneas para desearle su más pronta recuperación.
De aquí al final del primer acto del encuentro, solo podemos destacar tres momentos de interés futbolístico en el ataque epilense, que fueron éstos:
-En el minuto-27, jugada del Épila que culmina con un tiro del Excelsus Vicente que buscaba los tres palos, pero que termina saliendo por encima del larguero.
-Minuto-41, en otro de los pocos momentos de efímera intensidad del Épila, se bota un saque de esquina por Excelsus Vicente y Gladiator Valdés ejecuta un magnífico cabezazo que no encuentra portería por muy poco.
-Y en las postrimerías de esta primera parte, cuando el Épila tuvo uno de sus mejores destellos, es concretamente en el minuto-45 cuando dentro del área calamochina, el jugador Excelsus Vicente consigue sacar un certero y potente tiro que llevaba marchamo de gol, pero la oportuna pierna de un defensa turolense, desvía el balón a córner evitando lo que posiblemente hubiera supuesto el primer gol epilense. Córner que se sacó sin que tuviera consecuencias reseñables.
En el segundo acto del encuentro, el Épila elevó de salida los registros de su electrotensiograma particular y la en el minuto-2, en un ataque en tromba hacia la portería del JamónCalamocha, el defensa con dorsal número-6 Jorge Vicente, saca excelentemente de cabeza un balón debajo mismo de los palos, cuando su portero Latorre estaba ya batido, salvando de un gol claro a su equipo.
En estos primeros minutos del segundo acto, la intensidad del Épila fue alta y el JamónCalamocha sintió claramente el agobio, y los espectadores de La Huerta empezaron a poder sentirlo en sus pulsos.
En el minuto-6, es el jugador del Épila el Mono Esteban quien pone la tensión en las gradas con un tiro ajustado a la cepa del poste derecho de la portería calamochina.
Pero llegaría el minuto-21, cuando de manera desafortunada se produce el llamado “agujero del queso Gruyere” en el centro de la defensa epilense y el jugador del JamónCalamocha número 11 Ibrahima, según reza el acta arbitral, firma el cero a uno para su equipo, certificándose el dicho futbolístico de la llamada “eficacia del 100%” de los turolenses, al certificar una llegada con un gol.
El Épila, aunque de manera intermitente, siguió intentándolo con más corazón y aturdimiento que con cabeza, propio de cualquier equipo cuando el partido está llegando a sus estertores finales y se le está escapando la victoria.
Sin embargo, en el fútbol también aparece, aunque sólo sea de vez en cuando, “Doña Justicia” y “sobre la bocina”, en el minuto-43, a dos del final, el jugador del Épila Pierre, subiendo desde su posición de lateral derecho, consigue en un tiro distante, potente y raso batir a Latorre, establecer el empate y hacer “justicia futbolística” en el marcador, bajando de esta manera el telón del encuentro en La Huerta.
Con este empate, el Jamón Calamocha se queda 6º con 29 puntos, al acecho de las primeras posiciones, mientras que el Épila sigue líder con 42 puntos, pero con su ventaja recortada respecto de la jornada anterior.
Con este resultado son ya ocho puntos los que el Épila pierde en su feudo, contrastando con el hecho de solo haber perdido cuatro fuera del mismo. Ésto hace que el Épila dé la sensación de haber trasladado su fortín fuera de La Huerta, lo cual es merecedor de ser analizado.
En honor a la verdad, hay que decir que el Épila quizás mereció más, pero como decía el excelente jugador y técnico serbio Vujadin Boskov, “fútbol es fútbol y gol es gol”, y no cabe contra ello ningún tipo de comentarios sobre justicias, suertes ni merecimientos, a la hora de los resultados que este apasionante deporte produce.
Una jornada más, hay que felicitar el compromiso y esfuerzo de lo puesto en el campo, y el haber conseguido casi al final del encuentro, un valioso punto que, al menos, amortigua el amargo sabor, que hubiera supuesto la tercera derrota en La Huerta.
Igualmente nos merece también nuestra felicitación, el equipo del JamónCalamocha por haber sabido rentabilizar con máxima eficiencia su puesta en escena en La Huerta epilense, obteniendo un empate muy meritorio en casa del líder, que estuvo a punto de ser victoria, a no ser por ese arreón final epilense, que hizo más justo el marcador final.

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