El Épila gana sin convencer en La Huerta, tirando del “efecto Cesarini”, para acabar llevándose el partido de manera agónica frente a un Tauste, que vio voltear su ventaja inicial, en el “último suspiro” del encuentro.

Épila 2 Tauste 1

El Épila afrontaba este encuentro en jornada adelantada al sábado “tocando ya con los dedos” el ascenso, ya que ganando este encuentro, y en función del resultado que se produjera en el Brea-Montecarlo, podría no solamente ser ya matemáticamente equipo de tercera división, sino que incluso también podría nuevamente volver a ocupar la posición de líder del grupo, que durante tanto tiempo disfrutó a lo largo de esta temporada.

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Por su parte, el Tauste acudía a La Huerta epilense y situación de ser el primero de la lista de espera, para salir del grupo de los descendidos. Y si bien es un hecho que dado el calendario de liga que le resta, sean más bien escasas las posibilidades de que lo consiga, todavía matemáticamente acudía a este encuentro en condiciones de conseguirlo.
De esta manera, el partido presentaba su interés para ambos equipos, pues para los epilenses podría ser el encuentro final de cara a obtener la plaza de ascenso, y para los taustanos, una posibilidad más de aferrarse a la idea de “mientras hay posibilidades matemáticas, hay que seguir creyendo”, y a que “lo difícil es posible, y lo imposible se intenta”, tratando por todos los medios de hacer de la necesidad fortaleza.

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El encuentro se celebró con una aceptable asistencia de público a pesar de jugarse en sábado, en una superficie de césped natural en un buen estado, con temperatura que se notó fresca debido al viento reinante, que aunque no dificultó en extremo el juego, si que deslució su práctica en cierta medida.
La siempre difícil labor arbitral, fue llevada a cabo por el Sr. Hernández Andrés, como colegiado principal, asistido en las bandas por los Srs. Ballesteros Rubio y García Lacosta, que estuvieron bien en líneas generales, haciendo constar que en el segundo local, los visitantes protestaron con gran vehemencia la validez del mismo, por posible fuera de juego en opinión de los jugadores taustanos, pero que tanto el línea como el árbitro principal del encuentro, lo consideraron como gol legal.
En relación al primer periodo del encuentro, hay que decir que fue el Épila quien jugó a favor del viento y quien llevó más la iniciativa, pero aunque hizo aproximaciones al área taustana, fueron siempre muy tímidas, y sin la suficiente intensidad y chispa como para obtener el resultado del gol, existiendo muchos minutos de juego insulso y poco demandante para las defensas de ambos equipos.
En esta primera mitad, sería el Tauste quien obtendría el beneficio del gol, adelantándose en el marcador tras un fallo monumental en la entrega de balón al rival contrario por parte de un jugador epilense, que propició que el jugador taustano se quedara solo delante de la portería local, fusilando a placer el tanto para su equipo, que supuso que se adelantara en el marcador.
Las jugadas más relevantes de este primer tiempo del partido, fueron las siguientes:
Minuto-1, primera aproximación con peligro del Épila a la portería del Tauste, defendida bien por Montero, y el Duende Canario tiene la oportunidad de un balón dividido del que acaba adueñándose Montero.
Minuto-7, falta directa botada por el jugador del Épila LionHeart Rubén, que introduce muy bien a la misma “yema” del área taustana, despejando muy bien a córner un defensa visitante, un balón muy peligroso de cara al gol.
-Minuto-10, se va viendo una cierta progresión en el dominio del juego del Épila, y como consecuencia de su mayor presión hacia la portería rival, se llegan a botar hasta tres saques de esquina casi consecutivos, y fruto de unos de ellos, el jugador del Épila Excelsus Vicente consigue sacar un buen disparo que el meta Montero intercepta muy bien, cuando el balón buscaba la cepa del poste izquierdo de la portería taustana.
En el minuto-15, se presenta una ocasión muy clara de marcar por parte del Épila, paseándose el balón por el área pequeña del Tauste, teniendo la oportunidad de hasta tres jugadores locales de tocar ese balón para introducirlo en la portería de Montero, pero al final es el guardameta taustano quien acaba con la ocasión, haciéndose con el esférico, no sin ciertos apuros.
En el minuto-26, el jugador del Épila CutFull Pierre sirve al segundo palo, en donde AdriánMaster bien situado “dentro ya de la cocina taustana”, remata el balón mordido que no encuentra portería, marrándose otra ocasión clara de marcar.
En el minuto-30, se produce la primera llegada del Tauste con cierta opción de gol, mediante un buen cabezazo de un delantero visitante, que bloca muy seguro el portero epilense el Gato Fabre.
En el minuto-35, un jugador del Épila hace un pase hacia atrás siendo equivocadamente enviado hacia el delantero taustano Cascán Sacasa, que libre de marca, y en buena posición en la vertical de la portería epilense, fusila a placer al Gato Fabre haciendo el cero a uno para el Tauste, y dejando a la parroquia de La Huerta con el mal sabor y la inquietud propias en estos casos.
A raíz de este tanto, el Épila pierde gas y siente “palos en las ruedas de su maquinaria de juego”, y un cierto apagón en las “computadoras” de sus jugadores, como efecto de la perplejidad inmediata que les produce la situación creada, perdiendo concentración en el juego y eficacia en sus pases combinatorios, mientras que el Tauste como es obvio experimentaba “un chute motivacional” que aumentaba sus expectativas de cara a conseguir su objetivo de llevarse el partido, creyendo cada vez más en que lo difícil podía ser posible.
Poco a poco fueron pasando los minutos, y al partido le iban pasando cada vez menos cosas, hasta llegar a la finalización de esta primera mitad, en la que los jugadores taustanos se fueron al vestuario esperanzados, con el cero a uno a su favor, mientras que los epilenses, por el contrario, se retiraron cabizbajos sintiendo “el latigazo” del gol taustano.
En el segundo acto del encuentro, el Épila jugando con el viento en contra, salió con la idea de solventar lo antes posible el resultado en contra, pero siguió sin encontrar buena conexión en su juego, y los balones que llegaban al área taustana, eran fácilmente solventados por su defensa, en la que destacó de manera notable su central Alfonso Tore, que se hartó de sacar balones sin que fuera demasiado inquietado por la línea ofensiva epilense, que estuvo “muy mansa” durante muchos minutos, llevando a cabo más bien amagos que ataques con fuerza, conexión y convicción.
El Tauste decidió jugar dejando poco espacio a la espalda de su defensa, y defendió “a capa y espada” su ventaja con mucho oficio, dejando inoperante el ataque epilense.
Sobre el minuto-20, el Tauste se atrevió incluso a dar pasos hacia adelante viendo la perplejidad y el marasmo epilense, pero sin llegar tampoco a inquietar seriamente la portería del Épila.
Y cuando todo parecía sentenciado, y que la sorpresa iba a saltar en La Huerta con el triunfo taustano sobre los epilenses, apareció el “efecto Cesarini” del fútbol, es decir el marcar y darle la vuelta a un marcador en los últimos minutos del encuentro.
En este sentido, en el minuto-40, en una jugada del Épila, el Galgo Dani siempre inquieto, aunque con el síndrome de “la soledad no deseada” durante buena parte del encuentro, recibe en el área taustana un balón peinado por un jugador epilense, tras prolongar un extraordinario saque de banda por EspartanoLeónidas Iván, y ganando la partida a la defensa visitante ejecuta una maravillosa chilena, sin que nada pudiera hacer Montero para evitar un gol de excelencia, que compensaba el hasta entonces malestar de los aficionados de La Huerta, y que ponía las tablas en el marcador, con la consiguiente alegría de los jugadores epilenses y de sus seguidores.
Tras este gol, el Épila recibe un “ingreso de adrenalina y de autoconfianza”, y junto con la energía de un público enfervorizado, creyendo que todavía se podía ganar el partido, despierta de su largo letargo y se viene arriba intensificando sus ataques, buscando ahora el gol de la victoria con mayor convicción e intensidad, mientras que el Tauste empezó a sentir la inseguridad propia, de poder aguantar el resultado.
Y así las cosas, y en este caldo de cultivo, en el minuto-44 de esta segunda parte, en uno de los ataques del Épila hacia la portería de Montero, tras una entrada de cabeza en plancha del jugador del Épila Gladiator Valdés, el balón queda suelto en el área no pudiendo ser atajado por el portero taustano, entonces es el mismo Gladiator Valdés quien pasa un balón de oro a AdriánMaster quien remata a puerta batiendo a Montero y haciendo el dos a uno para el Épila, que sería el resultado final.
A raíz de este segundo gol, los jugadores taustanos reclamaron con gran vehemencia al juez de línea y al árbitro la invalidación del gol por, según su opinión, posición de fuera de juego en la jugada en la que se produjo el mismo.
Sin embargo, el árbitro principal y el juez de línea, certificaron de mutuo acuerdo la legalidad del gol, y los jugadores taustanos fueron presa de su comprensible frustración, al ver como en los minutos finales, se les había escapado el triunfo, que durante casi todo el partido habían tenido en sus manos.
En definitiva, en este encuentro se vio a un Épila bastante plano en ataque, con apenas pulso e intensidad, en donde se notó con total claridad la diferencia entre un equipo que se jugaba casi todo, el Tauste, y el equipo local que ya tenía casi todo conseguido a estas altura de la temporada.
El Épila solo salió de su marasmo, e hizo vibrar a sus incondicionales de La Huerta, en los últimos cinco minutos del encuentro, siendo el gol del Galgo Dani el que levantó las pulsaciones en jugadores y espectadores, a cinco minutos del final del partido, sacando del marasmo a un Épila anestesiado, impreciso, anodino, y con escasa convicción de cara al gol, en la mayor parte del tiempo que duró el encuentro.
El equipo local dio la impresión, a lo largo del encuentro, de que les sobraban ya los partidos que restan para acabar la temporada, muy cargados muscularmente y faltándoles la motivación que hace activar la intensidad y la chispa necesarias para sacar adelante un partido, en donde los puntos son importantes, tal y como han venido haciendo a lo largo de la excelente temporada realizada por sus jugadores.
No obstante, con este resultado, el Épila aunque hizo pasar “mal rato” durante demasiados minutos del encuentro a sus incondicionales, acostumbrados a ver un fútbol sobre La Huerta alegre, intenso y eficaz, hay que decir a su favor que supo en los cinco últimos minutos, casi ya en los estertores del encuentro, tapar su horrendo partido con el sabor último de la victoria, registrando en las mentes de sus seguidores, el sentimiento agridulce de “haber vencido sin convencer”. O si se le quiere dar la vuelta, el sentimiento agridulce de “a pesar de no convencer, haber vencido”.
En cualquier caso, la afición epilense, que tanto ha venido disfrutando del juego de su equipo a lo largo de esta temporada, agradecería que, al menos en el último encuentro que le resta de jugar en La Huerta, pudiera ver no sólo ganar a su equipo, sino también vibrar con su juego, para despedirlo de esta categoría con “buen sabor de boca”, y con la ilusión puesta ya en la tercera división.
Independientemente de lo anterior, y dados los resultados habidos en los emparejamientos de esta jornada entre sus rivales directos, hay que subrayar también que con esta victoria el Épila consigue por tercera vez en su historia futbolística, el meritorio ascenso a tercera división, tres jornadas antes de que termine la temporada en curso, quedando segundo en la tabla a un punto del primer clasificado, por lo que merecen ser felicitados tanto jugadores como cuerpo técnico.
Por parte del Tauste, hay que señalar que vino a jugarse una de sus últimas bazas a La Huerta epilense, realizando un partido muy intenso, siendo conscientes de lo mucho que se jugaban, estando a punto de conseguir la victoria a no ser por esos últimos cinco minutos finales, en los que el Épila saliendo de “su estado comatoso”, le dio “in extremis” la vuelta al partido, dejándolo con este resultado prácticamente ya con muy escasas opciones de salvación.
En cualquier caso, el equipo taustano, excluida la actuación nada ejemplar de alguno de sus jugadores a la hora de dirigirse a sus rivales, al cuadro técnico epilense y al equipo arbitral, merece nuestra felicitación por todo el esfuerzo e intensidad puestos de manifiesto en La Huerta, poniendo en escena durante todo el encuentro la elogiable tarea y el valioso ejemplo de “transformar la necesidad en fortaleza y convicción”, hasta tal punto que a pesar del lugar ocupado en la clasificación, estuvieron durante muchos minutos del encuentro, a mayor altura que el ya ascendido equipo epilense, aunque en definitiva todos sabemos que en el fútbol, lo que cuenta al final son los resultados. De todas formas, aunque difícil, su salvación es todavía matemáticamente posible, por lo que les animamos a que sigan agarrados al dicho de que “lo difícil es posible, y lo imposible se intenta”.

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