Utebo 1 Épila 2
Fernando Rosel Lana
En este choque de comienzo de temporada, dado el historial y potencial futbolístico del Utebo, junto al hecho de jugar como locales frente a los recién ascendidos epilenses, eran los de casa los que partían, inicialmente, como “caballo ganador”.
Sin embargo, como sucede a veces en el fútbol, lo que es en principio altamente condicionante no acaba siendo determinante de cara al resultado final, y en este caso, fueron los epilenses los que se encargaron en este encuentro de hacer realidad lo anterior, dejando su marca en el “Santa Ana” utebano, echando mano de su casta de equipo luchador y con mucha garra de la que venía precedido, sorprendiendo en cierta medida de esta manera, en su vuelta a la categoría nacional, tras veinte años de ausencia en la misma.
El encuentro se celebró con una altísima temperatura, especialmente en la primera parte, con una muy buena asistencia de público local, incrementada con un “buen puñado” de seguidores epilenses, desplazados a la vecina localidad de Utebo para ver el comienzo de su equipo en la tercera división, a sabiendas de que se trataría de un encuentro difícil ante un rival de envergadura futbolística, como es el equipo utebano.
El partido se jugó sobre césped artificial, que presentaba un excelente estado, siendo dirigido de manera excelente por el colegiado Sr. Lara Arjona, bien asistido en las bandas por los Srs. Parrilla Pérez y Fernández Martínez.
El encuentro fue vibrante desde el pitido inicial, muy intenso, en donde fue el Utebo quien asumió el dominio del balón, especialmente en la primera mitad, con posesiones continuadas del mismo, en un ejercicio futbolístico de elevada calidad técnica, abundando los pases precisos, buenas diagonales y pases largos y cruzados a las bandas, desde donde penetraban hacia el área rival dando sensación siempre de peligro.
El Épila, por su parte, conocedor de la entidad futbolística del rival utebano, le practicó desde el comienzo un inteligente respeto y asumió el papel de “David frente a Goliat” de la ya consabida historia bíblica, posicionándose en el “campo de batalla” futbolística con valentía y astucia y gran confianza en sus recursos.
De esta manera el “David epilense” en este caso, supo utilizar con gran astucia y acierto “su honda” y acabó derribando al gran Goliat utebano.
En este sentido, la “honda” epilense no fue otra que su inteligente estrategia táctica puesta en escena por su técnico Juan Carlos Remiro, sabiendo colocar muy bien en el campo a sus piezas, esperando atrás muy serio y contundente y realizando lo que yo denomino “la caza en puesto de espera”, dejando el señorío del balón al favorito y superior técnicamente Utebo.
La humildad, la disciplina, el espíritu de equipo, la confianza y la garra desde el pitido arbitral inicial, hasta el pitido final, dieron el fruto de la victoria, ante un equipo que de otra manera no hubiera sido posible conseguir.
En relación al primer acto del encuentro, hay que señalar como jugadas más significativas las siguientes:
-En el minuto 8, “chispazo” futbolístico del Épila por banda derecha, rapidísimo y muy bien definido, interviniendo PogPascual, el Galgo Dani y Excelsus Vicente que acaba enviando el balón a la red utebana, haciendo el 0 a 1 para el Épila, sin que el portero Lázaro pudiera hacer nada, ante el bien definido tiro raso, cruzado y potente del jugador epilense.
-Ante las llegadas continuas del Utebo, en el minuto 20, ocasión clara del equipo local, que tienen que desbaratar con una buena intervención, entre la defensa y el portero epilense el Gato Fabre, desviando el balón a córner.
-En el minuto-22, se produce una falta directa que bota el equipo epilense desde la banda izquierda, Excelsus Vicente consigue cazar el balón y armar un buen tiro entre los tres palos, saliendo el balón “envenenado” hasta el punto de hacer un extraño que está a punto de sorprender al portero utebano Lázaro y colarse en la portería local, pero tras el susto inicial, consigue hacerse con el esférico.
-Un minuto más tarde, el jugador epilense Excelsus Vicente caería lesionado con un esguince en su rodilla y tiene que abandonar momentáneamente el terreno de juego, volviendo más tarde al mismo, aunque desgraciadamente al final tendría que ser sustituido definitivamente.
La tónica del partido continuó siendo la misma, jugándose el balón casi continuamente en terreno epilense bien posicionado y defendiendo con orden y con espíritu espartano, y llevando a cabo ataques sorpresivos peligrosos e intensos al área rival, a manera de “chispazos”.
-En el minuto-39, el Épila bota una falta directa y, quizás, en lo que pudo ser el único error del partido, el “David epilense, se va con demasiada osadía hacia el Goliat utebano”, quien robando un balón y con pocos pero magistrales toque técnicos de balón, se presenta solo ante la puerta del Gato Fabre, en un contragolpe de libro, quien no puede hacer nada para evitar el empate de los locales, a través de las botas de Berdún.
Tras este gol, los locales se crecieron y volvieron a encerrar al Épila en su campo, llevando a cabo llegadas al área epilense, muy rápidas y peligrosas, que sin embargo terminaban siendo estériles de cara al gol, acabando así esta primera mitad del encuentro, observándose claramente el agotamiento de los jugadores por el esfuerzo realizado acrecentado por la elevada temperatura reinante.
En el segundo acto, el Utebo parecía que iba a poner en marcha su rodillo de cara a llevarse definitivamente el partido, pero no fue así. La segunda parte fue todo un recital de futbol intenso y vibrante que hacía que el partido estuviera abierto en todo momento, con ataques fulgurantes y continuos llevados a cabo por ambos equipos, dando la sensación de que el marcador provisional estaba menos estable que “el agua en una cesta”, y que por tanto podía cambiar en cualquier momento a favor de cualquiera de los dos equipos.
De esta manera, en esta segunda mitad, puede decirse que el Épila “se descaró” un poco frente al “Goliat utebano” y aunque guardaba bien sus espaldas, se atrevió a ganar metros hacia el campo rival, planteándole el partido cada vez más de un “ven tú que te espero” a un “tú a tú”, terminando en un intenso, vibrante e incierto “toma y daca”, siendo los momentos más señalables los siguientes:
-En el minuto-5, se produce un clarísima ocasión del Épila para marcar, ante un balón dividido entre el siempre inquietante delantero epilense el Galgo Dani y el portero utebano Lázaro, que al despejar el balón con el pie, se lo deja en bandeja” al Galgo, quien entre tirar o regatear al portero entra en “el microtiempo mental” de la letal duda, que hace que el segundo del Épila no suba al marcador.
-En el minuto-16, tras otra llegada peligrosa del Épila por banda izquierda, el Galgo Dani es derribado en el área, pitando el árbitro el penalti correspondiente. PogPascual, asume la responsabilidad de lanzar la pena máxima desde los once metros y tomando el balón con seguridad y tras metabolizar bien la ceremonia ritual del portero utebano, clásica y entendible para intentar que el delantero del Épila aumente sus dosis de inseguridad, opta por la potencia más que por la colocación, y consigue que el portero utebano Lázaro haga la estatua, introduciendo el balón en la red y consiguiendo el 1 a 2 para el Épila.
-En el minuto-24 es el Utebo quien pone asedio a la portería epilense y está a punto de conseguir empatar el encuentro tras dos disparos consecutivos de gol, que salva con una gran actuación el portero del Épila Gato Fabre ayudado por su defensa.
-En el minuto-31, es el Épila quien dispone de una clarísima ocasión de “matar el partido”, en una llegada al área utebana donde se dispone de tres ocasiones consecutivas de introducir el balón y conseguir el tercero de su cuenta particular.
A partir de aquí, el partido se desata en una serie de ataques y contraataques continuos por parte de ambos contendientes, que hacen subir la tensión en la grada.
-En el minuto-36, el Épila vuelve a marrar otra clara ocasión delante del portero utebano.
-En el minuto-37. El Utebo roba un balón en el centro del campo, encara portería por banda derecha, y pierde una gran oportunidad de haber llevado las tablas al marcador, enviando el balón alto por encima de la portería epilense.
De esta manera, en un toma y daca constante, el partido entró en la fase agónica del tiempo final. El Utebo en su intento de al menos salvar un punto, se rompió dejando espacios peligrosamente que el Épila pudo haber aprovechado para aumentar su diferencia en el marcador, a no ser por el cansancio que a esas alturas del partido había hecho mella en las piernas y las mentes de sus jugadores, especialmente en la de los jugadores más situados en punta, acabando así el encuentro con el marcador definitivo de uno a dos favorables para los epilenses.
Desde esta crónica queremos felicitar a técnicos y jugadores del Épila por esta importantísima victoria, ante uno de los “grandes” en este grupo de la tercera división como es el Utebo que, a buen seguro, después del potencial de juego demostrado, será uno de los candidatos a ocupar los puestos más altos de la clasificación.
Por último, agradecer también a toda la directiva del Utebo, el buen trato recibido por parte del la expedición epilense, desde el mismo momento de su llegada, hasta salida de su estadio de “Santa Ana”.
Utebero jajajaj no utebano!!! Aupa epilaaaa
De acuerdo con las fuentes académicas consultadas, se aceptan ambos gentilicios. Un cordial saludo amig@.